Tal como una madre espera estrechar en sus brazos a su
descendencia. Como una ciudad abre sus puertas para acoger y dar abrigo a las almas
vivientes. El futuro se aproxima. Y con ello se estremece nuestra existencia removida
por el dulce y amargo de lo incógnito, lo enigmático.
Sí, el 2012 yace casi inerte. Quedan atrás días de regocijos
y congojas, aciertos y desaciertos. Jornadas de sacrificio y entrega por
determinado fin, seguramente alcanzado. El plazo para la lograr aquellas metas
pautadas ya se extingue…
No importa “todo tiempo futuro ha de ser mejor” o al menos
eso esperamos los optimistas. El mundo por ahora, continuará existiendo. No
serán las profecías mayas ni las 160 que han existido, quienes darán la fecha
exacta del fin terrestre. Mas sí nos coloca ante inminente amenaza, la
contaminación ambiental y el enfermizo afán de doblegar y poseer el control
planetario.
La intención no es ser apocalíptica, más bien, el de ser
conscientes de la realidad de la cual formamos parte y convidarlo a unir fuerza
y acciones -cada quien desde su posición- en aras de alcanzar un mundo mejor
que es posible. Este 2013 –estoy segura- vendrá colmado de oportunidades que
han de ser aprovechadas al máximo. Asimismo, será un momento importante para retomar
caminos, revocar conductas, vencer obstáculos y como dice mi abuela “Hacer el
bien sin mirar a quien”.
Feliz año nuevo. Salud, Amor, Paz y Prosperidad.
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